miércoles, 24 de junio de 2009

Entrevista a Heath 2002


Pregunta: ¿Alguien en su familia trabajaba como actor?
Respuesta: Para nada. Mi padre apenas si se ganaba la vida manejando camiones.

P: Sin embargo, usted figura en la lista de los pocos actores australianos que triunfan en Hollywood, junto con Russell Crowe, Hugh Jackman y Nicole Kidman. ¿Las puertas están más abiertas que nunca para los actores con acento australiano?
R: Es verdad, aunque no sé muy bien la razón. Pero tampoco me quejo.

P: ¿Las grandes diferencias entre Australia y Estados Unidos?
R: (En Australia) no tenemos días de nieve donde suspenden la escuela, pero me acuerdo cuando estudiaba, nosotros teníamos días de calor extremo, donde había 60 grados centígrados y no podías ir a la escuela. En el verano, sí o sí, había que usar sombrero para estar debajo de alguna sombra, porque en cinco minutos te quemabas.

P: ¿Cómo recuerda la mudanza de Australia a Estados Unidos? ¿Lo intimidó la fama internacional de Hollywood?
R: No estaba tan intimidado realmente cuando llegué a Hollywood. Lo único que me di cuenta, cuando empecé a ir a las reuniones con gente famosa, era que no había demasiados altos (ríe). Pero tampoco quería que el miedo se apoderara de mí.

P: ¿Cómo disfruta el tiempo libre? ¿Qué estilo de música le gusta, por ejemplo?
R: De todo. Tengo una colección muy extensa de discos de vinilo con música soul, jazz, blues, hip hop, reggae.

P: ¿Viejos discos de vinilo en vez de CD o mp3?
R: Me encanta el vinilo, tiene cierto toque romántico que no le encuentro a la música digital.

P: ¿Toca algún instrumento musical?
R: Al menos lo intento, traté de aprender solo a tocar guitarra. La casa que compré vino con un piano y cualquiera que entra piensa que yo sé tocar, hasta que me piden que les toque algo (no para de reír) y tengo que decir la verdad. Al menos estoy tratando de aprender.

P: Y los tatuajes que lleva en el brazo, ¿son reales o temporarios?
R: No. Los dibujo yo, cada mañana (empieza a reír, demostrando que bromea).

P: De verdad. ¿Qué significado tienen, al menos los más visibles?
R: (Mostrando las letras grabadas en su muñeca) Estas son las iniciales de mi madre y mis hermanas, Kate, Ashleigh, Olivia and Sally. Todas las chicas. Este otro es un símbolo que representa el músculo y me lo hice en un momento donde necesitaba fuerza, y por eso significa algo más. También tengo unos puntos suspensivos y es el mejor, porque puedo inventar lo que quiero cuando alguien me lo pregunta (ríe a carcajadas).

P: ¿Qué película cree que haya sido la más importante en el principio de su carrera en Hollywood?
R: Probablemente Ned Kelly, porque tiene una historia demasiado importante, con un mensaje que vale la pena. A su padre lo habían enviado a una isla por robar ovejas. Obviamente, él era australiano y al venir de una familia criminal, en esa época, sufría bastantes restricciones en la sociedad, con respecto a lo que podía o no podía hacer. Yo crecí toda mi vida pensando que era mi héroe.

P: ¿Qué lo atrae de una película por encima de otra?
R: Al final del día quiero que mi personaje cuente una historia, pero es pura casualidad que me la pase andando a caballo, en cine, todo el tiempo.

P: ¿Le sorprende haber llegado tan lejos en Hollywood?
R: Sí, sí, porque nadie podía predecir que iba a pasar lo que me pasó. Al menos yo no lo esperaba. Al mismo tiempo, uno tampoco tiene tiempo para pensar. Las cosas suceden de pronto y piensas que es lo más normal, que siempre fue así, pero no es cierto. Igual he pasado por momentos donde me senté a reflexionar dónde estaba yo hace dos años, porque sigo sintiéndome igual.

P: ¿Cómo se lleva con la fama?
R: No pienso demasiado en el tema.

P: ¿Qué factores de la realidad lo mantienen con los pies sobre la tierra?
R: Tengo que decir que mi familia y mis amigos.

P: ¿Lo persiguen bastante los paparazzi?
R: Sí, sí, pero solamente cuando vas a ciertos lugares donde uno también sabe que están. Se pueden evitar. Hay lugares donde puedo ir y otros que no. Y sobre la gente que trata de meterse en mi vida privada, al principio molestaba tanto que quería pelearme con cualquiera. Después, empecé a limitarme demasiado, por miedo a salir de casa. Por meses me quedaba encerrado, hasta que me di cuenta que no podía cambiar mi vida; no podía dejar que la fama dictara lo que hago o lo que no hago. Y si me sacaban una foto para ponerla en alguna revista que leen millones de personas, tampoco debía preocuparme porque no conozco ninguna de esas millones de personas.

P: ¿Esa falta de preocupación no interfirió nunca con su carrera?
R: No creo que lastime en lo más mínimo, no. Trato de que no me moleste, porque al final del día todavía tengo los mismos diez mejores amigos que tuve siempre y la misma familia que tenía antes de todo esto. Y la fama no los afecta a ellos ni al pequeño círculo en el que estamos. Ellos saben lo que pasa con mi vida; no necesitan leer nada para enterarse lo que me pasa. Por eso no tengo que dejar que la fama me llegue a la cabeza. Al menos trato.

P: ¿Es difícil?
R: No, no, no me parece tan difícil.

P: ¿Cómo es un día normal en su vida? ¿El trabajo de actor es tan espectacular como la gente imagina?
R: Para nada. (Durante un rodaje) me levanto a las tres de la madrugada, para empezar a laborar a las seis de la mañana. A casa vuelvo recién a las ocho, para acostarme a las diez de la noche y a las once me levanto para agitarme bien y quitarme el personaje de encima (ríe). Hablo como él por una hora y me vuelvo a dormir, para despertarme de nuevo a las dos y media.

P: ¿Y qué hace para descansar cuando está trabajando?
R: No se puede, no puedo. Y hasta cierto grado tampoco quiero que mi mente se desacelere porque cuando estoy trabajando tan duro y me quedan tan pocas horas para descansar, básicamente me voy a dormir en cualquier lado y me despierto exactamente en el mismo lugar donde me había dormido. Por esa misma razón, cuando termino una película, particularmente para mí, me toma semanas o meses volver a la normalidad. Cuando vuelvo a casa, no me puedo quedar quieto, me la paso sentándome en una silla, parándome a cada rato. Y lo hago por semanas y semanas. Es como estar en medio de una carrera muy difícil de parar.

Aquella respuesta hoy tiene mucho más sentido. Queriendo parar la carrera de la fama, al parecer, Heath Ledger habría recurrido a medicamentos para evitar la ansiedad y algunas píldoras para dormir que tal vez buscaban una cura de sueño para escapar del estrés, enseguida después de haber terminado la filmación de la nueva película de Batman. Solo trataba de recuperar la normalidad, en una salida que terminó encontrando la muerte. Pero la inédita entrevista lo demuestra: Heath Ledger no se fue. Sus palabras y el cine lo mantienen vivo para siempre.